Las capturas de “Gallina” y “Bobby”, dos pesos pesados de la organización criminal “Tren de Aragua” a nivel internacional, cerraron un año en el que la Fuerza Pública logró frenar su expansión territorial en Colombia, pero no su peligrosa influencia en los lugares en los que ya se estableció, como Bogotá, Cúcuta e Ipiales.
Los mencionados arrestos se dieron con un lapso de apenas 11 días, y contaron con la cooperación de agencias extranjeras de EE.UU. y Chile, así como de Interpol.
El primero en caer fue Carlos Gómez Moreno (“Bobby”), acusado de ser cabecilla de la banda en Chile, adonde fue enviado por el máximo líder de la organización, el venezolano Héctor Rusthenford Guerrero Flores (“Niño Guerrero”). En la nación austral tenía 120 hombres a su mando y órdenes de captura por homicidio, secuestro, narcotráfico y hurtos a mano armado.
El 6 de diciembre pasado fue detenido por el Gaula en una casa del municipio de Los Patios, Norte de Santander. En el allanamiento le encontraron documentos de identidad venezolanos, chilenos y colombianos.
El siguiente en caer fue el venezolano Johan Michael García Rojas (“Gallina”), a quien agentes de la Dijín sorprendieron en una casa de Cali, el 17 de diciembre. El director de la Policía, general William Salamanca, dijo que era el tercero al mando de la banda, su principal traficante de armas y encargado del contrabando de narcóticos entre La Guajira y el estado de Aragua.
Su guarida estaba llena de altares satánicos y artilugios de brujería, y se cree que sacrificaba animales implorando protección del más allá, la cual resultó inútil.
Estas dos capturas, junto a la del también venezolano Erick Manuel Landaeta Hernández (“Eryk”), son los golpes más importantes que la Fuerza Pública le propinó al “Tren de Aragua” en 2024. Éste último fue capturado el 23 de octubre en Bogotá, tras una operación que implicó interceptar 50 líneas telefónicas.
“Eryk” llevaba siete años en la capital y su fachada era la de un organizador de fiestas con DJ internacionales, y a la par coordinaba finanzas y bienes de la cúpula de la facción.
Con más de 150 capturas de integrantes y socios de esa organización en los últimos dos años, según investigadores judiciales consultados por EL COLOMBIANO, la Fuerza Pública logró desacelerar la creciente expansión que el “Tren de Aragua” estaba logrando en Colombia desde la pandemia de covid-19.
Hoy en día, la estructura tiene ramificaciones con control de algunos territorios en Cúcuta, Bogotá e Ipiales, sus principales centros de operación en Colombia, donde despliega actividades de narcotráfico, extorsión, sicariato, explotación sexual, secuestro y pagadiario, entre otros delitos.
En esas tres ciudades se han convertido en la amenaza más importante en cuanto a seguridad urbana se refiere.
Incluso han establecido sociedades con grupos locales, como la banda de “Satanás”, para desplegar redes criminales en las localidades bogotanas de Antonio Nariño y Kennedy; y con los “AK-47”, para hacerlo en Cúcuta y su área fronteriza con el estado venezolano de Táchira.
Hay otras ciudades en las que han sido rastreados miembros de la banda cometiendo delitos puntuales, pero en ellas todavía no han logrado establecer el control estratégico de vecindarios. Se trata de Medellín, Bello, Bucaramanga, Pasto y Aguachica (César), donde han ejecutado homicidios, hurtos y secuestros.
“Una cosa que pasa mucho es que hay venezolanos que pertenecen a la delincuencia común, pero para intimidar a sus víctimas se hacen pasar por integrantes del ‘Tren’. Esa situación genera una idea falsa de que la banda está en muchas partes, y no es así”, explicó un agente consultado.
Aún así, y pese a haber contenido la ramificación de su estructura en Colombia, para los residentes de Bogotá, Ipiales y Cúcuta el “Tren” sigue siendo la peor pesadilla.
¿Pero cuál fue el factor que ayudó a desacelerar esa expansión? Los agentes entrevistados resaltaron dos medidas, que implican la cooperación con agencias extranjeras.
La primera provino de la Casa Blanca, ya que el “Tren de Aragua” se convirtió en un factor de inseguridad en estados como Florida y Colorado, adonde sus miembros llegaron camuflados de migrantes y se dedicaron a robar y extorsionar. El gobierno norteamericano considera que ese grupo está coordinando la migración ilegal de venezolanos.
Por eso el pasado mes de julio el Departamento de Estado, a través de la Embajada en Bogotá, ofreció cooperar con la Policía de Colombia para capturar a los cabecillas y ofreció 5 millones de dólares de recompensa por “Niño” Guerrero, a quien presume escondido en nuestro país; US$4 millones y US$3 millones por sus lugartenientes Yohan Romero (“Yohan Petrica”) y Giovanny San Vicente (“Giovanny”), respectivamente.
La otra medida fue la creación del Equipo Conjunto Investigativo (ECI) entre las fiscalías de Colombia y Chile, para perseguir al “Tren”.
Los fiscales generales de ambos países hicieron el anuncio el pasado 28 de noviembre, durante la Reunión N°36 de Ministerios Públicos de Mercosur en Uruguay. El primer resultado de esta alianza fue la captura de “Bobby”.
- - - - - - - - - - - - - - -- -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
ANEXO: CRÍMENES RECIENTES ATRIBUIDOS AL “TREN DE ARAGUA”
- El 26 de julio de 2024 el “Tren de Aragua” secuestró en inmediaciones del puente de Rumichaca a tres ciudadanos de la India, por los cuales exigía un pago de 9.000 dólares por su liberación. El Gaula Militar los rescató cinco días después en un allanamiento en Ipiales.
- El 14 de septiembre de 2024, en la entrada de un colegio de Cúcuta, sicarios acribillaron al narco venezolano Luis Miguel Osorio Chacín, a su hijo de 14 años y al escolta Ulises Gélvez; otro guardaespaldas y dos colegialas, amigas del niño, resultaron heridas.
- El pasado noviembre la Defensoría alertó sobre el recrudecimiento de una disputa entre el “Tren de Aragua” y el Clan del Golfo en varios barrios de Bogotá. La pelea, que ajustó tres años, se incrementó al sumar otras bandas locales con patrocinio de esos dos grupos.
TAMBIÉN LE PUEDE INTERESAR: Capturaron a “Eryk” en Bogotá, uno de los principales cabecillas financieros de la banda Tren de Aragua.