Los graves problemas del país no se detuvieron mientras el presidente Gustavo Petro desataba una tormenta política contra Donald Trump el fin de semana. Por eso, este lunes había expectativa por el discurso del mandatario colombiano desde el municipio de Ocaña (Norte de Santander), a donde el gabinete en pleno se movilizó para realizar el Consejo de Ministros.
“Hoy habrá reunión de todo el gabinete en la zona, para expedir los decretos de conmoción interior que darán vida al pacto social en el Catatumbo y la financiación de la operación militar para consolidar el control del Estado en la frontera”, dijo el mandatario en la red social X en la mañana del lunes.
El Gobierno nombró la visita como “Gabinete en el Catatumbo” y junto a mandatarios locales, Petro escuchó las peticiones y reclamos de una parte de la comunidad que ha presenciado los horrores de la guerra que ya deja 100 muertos y más de 48.000 desplazados.
Pero de los anunciados decretos, por ahora, no hay noticias. Según le dijeron fuentes de Gobierno a EL COLOMBIANO, todavía las carteras están alistando los documentos, pues la prioridad sería blindarlos constitucionalmente antes de expedirlos. También esperaban esta visita al Catatumbo para hablar con autoridades locales y lograr sincronizar las agendas de temas que requieren atención urgente.
Precisamente, este lunes en la tarde llegó a revisión de la Corte Constitucional el Decreto 0062 de 2025, “por medio del cual se declara el estado de conmoción interior en el Catatumbo”. El documento será discutido ante la Sala Plena para evaluar si cumple con los requisitos constitucionales. Expertos, oposición y el propio Gobierno tiene los ojos puestos en las decisiones que se desprendan de la conmoción interior, ya que legalmente el presidente Petro adquiere funciones extraordinarias. La declaración no se utilizaba hace 16 años.
Al Gobierno le quedan 86 días para expedir decretos en el área que comprende los municipios de Ocaña, Abrego, El Carmen, Convención, Teorama, San Calixto, Hacarí, La Playa, El Tarra, Tibú y Sardinata. Así como el área metropolitana de Cúcuta.
Lo que es un hecho es que la expectativa del Ejecutivo es recaudar “entre $700.000 y $1 billón, que luego asignaremos, según las prioridades, en los próximos 90 días”, según dijo el ministro de Hacienda, Diego Guevara, a La República el viernes pasado. Esto ha sido calificado como una “micro reforma tributaria” en medio de los problemas presupuestales que enfrenta el Gobierno.
“No vamos a tocar el IVA de alimentos ni de bienes necesarios. Estamos considerando suspender la exención del IVA a los juegos de azar en línea, una medida que no afecta a la clase media, tiene un recaudo inmediato y responde a una visión solidaria para ayudar al Catatumbo”, precisó Guevara.
Durante su discurso de más de 47 minutos, el mandatario se refirió a varios temas, incluyendo ataques a la prensa: “Dicen que por qué trino tanto, pues es que la televisión solo hace sino hablar pendejadas y mentiras de mí y entonces me toca expresarme yo mismo. El trino que puse sobre el tema de los deportados colombianos tiene 33 millones de personas que lo han leído. Me va mejor que si me traducen unas personas que a veces ni entienden las palabras que yo digo”, dijo.
También hizo aseveraciones que por falta de precisión podrían tener varias lecturas. Por ejemplo, cuando habló de la violencia en el Catatumbo expresó que “lo que hay en el Catatumbo es una fuerza extranjera ocupando el territorio, por eso yo dije en alguno de mis trinos que este es un problema de soberanía nacional, no solo es un conflicto interno”, refiriéndose a la guerrilla del ELN y su carácter binacional aunque no brindó mayores detalles.
Aunque sí dijo que a esa guerrilla se le puede redefinir como paramilitares: “El paramilitarismo del ELN acaba con Venezuela y Colombia y se vuelve la excusa de la invasión”. Lo que el mandatario no menciona es que, según diversas organizaciones y expertos, ese grupo criminal opera bajo el amparo del régimen chavista.
Días atrás, el ministro de Defensa colombiano, Iván Velásquez, se reunió con su homólogo venezolano Vladimir Padrino López, por quien las autoridades estadounidenses ofrecen una recompensa de 15 millones de dólares.
Incluso, la protección de Nicolás Maduro al ELN fue una de las causas que desencadenó la crisis más reciente en el Catatumbo, según han revelado informes recientes. La dictadura habría expulsado a las disidencias de las Farc, conocidas como el “Frente 33”, del territorio venezolano, lo que produjo la disputa de las actividades criminales en esa región y los combates que aún azotan a la población.
Para Humberto Librado, politólogo y profesor de la Universidad Javeriana, “atender la crisis en la frontera requiere unos arreglos comunes con Venezuela y que Petro reconozca a Maduro como interlocutor. Pero en la compleja situación en el Catatumbo se debe priorizar las urgentes respuestas institucionales, como los decretos, pensando en la crisis humanitaria”.
El Gobierno ha priorizado el Catatumbo, pero resulta difícil resolver el orden público mientras el ELN se resguarde en Venezuela.
El presidente Petro aprovechó su discurso en el Catatumbo para lanzar una promesa que tiene un arma de doble filo: “Los otros decretos de conmoción interior, que vamos a estudiar para que aquí haya un plan marcha al social, para que el Catatumbo después de este Gobierno pueda decir definitivamente la región cambió, para que esto que hagamos aquí en el Catatumbo pueda hacerse en el litoral pacífico, pueda hacerse en el Putumayo”, afirmó Petro.
No queda claro si sería durante el actual mandato que el Gobierno replicaría iniciativas como la del Catatumbo en otras regiones azotadas por el conflicto como Putumayo o Arauca. Este último departamento alcanzó estar sobre la mesa para ser incluido en conmoción interior.
Lo cierto es que cada uno de los decretos que expida el Gobierno tendrá la revisión automática de la Corte Constitucional y las medidas que se implementen pueden tumbarse si el alto tribunal considera que el Ejecutivo se está excediendo en sus facultades.