Estados Unidos incautó un segundo avión del régimen venezolano en República Dominicana, el cual se encontraba detenido desde el año pasado en la isla caribeña.
El hecho se dio en el marco de la visita de Marco Rubio, el secretario de Estado de Estados Unidos. Allí, un fiscal dominicano y un representante de las fuerzas militares de Estados Unidos le pegaron al avión un cartel que decía: “Incautado”.
El avión de tipo Dassault Falcon 200, de bandera venezolana, fue incautado en la pista de aterrizaje militar de Santo Domingo, donde un fiscal dominicano y un representante de las fuerzas del orden de Estados Unidos colocaron un cartel de “incautado” sobre la aeronave.
La medida es un gesto de mano dura de Donald Trump contra el régimen autoritario de Nicolás Maduro, después de que en su administración anterior impusiera un embargo petrolero, sanciones financieras y restricciones comerciales.
Sin embargo, en Caracas, un funcionario diplomático restó importancia a la incautación y la calificó como un “acto de marketing político” de la Casa Blanca. “Este avión estaba retenido desde el año pasado, esto es solo un intento de Estados Unidos por demostrar fuerza ante Venezuela”.
Según el Departamento de Estado, la aeronave confiscada fue utilizada en el pasado por funcionarios venezolanos para volar a Grecia, Turquía, Rusia, Nicaragua y Cuba, además de haber sido usada en 2019 por el entonces ministro de Petróleo, Manuel Quevedo, para asistir a una reunión de la OPEP en Emiratos Árabes Unidos. Con la incautación se busca limitar el margen de maniobra del régimen.
Le puede interesar: Preocupa la salud del Papa Francisco: mantendrá reuniones en su casa porque padece bronquitis
La confiscación del avión en República Dominicana se suma a una larga lista de sanciones que Estados Unidos ha impuesto a Venezuela en los últimos años. En septiembre de 2023, la administración de Joe Biden incautó en el mismo país caribeño un avión oficial venezolano que luego fue trasladado a Florida.
En ese momento, Washington aseguró que la aeronave había sido adquirida “ilegalmente” por 13 millones de dólares a través de una empresa fantasma, usada para operaciones de contrabando y para el transporte de Maduro y sus aliados.
La incautación es una de las tantas medidas que el Gobierno estadounidense podría tomar contra Venezuela. Durante la campaña presidencial de 2024, Trump criticó la medida de Biden y la consideró “ineficaz”, asegurando que Maduro “podía comprarse un avión más grande con todo el dinero que recibe por el petróleo que nosotros le pagamos”.
Trump ha sido un ferviente opositor de Maduro y, durante su primer mandato, intentó derrocarlo mediante un amplio programa de sanciones y un fuerte respaldo a la oposición venezolana, encabezada entonces por Juan Guaidó, sin embargo no tuvo éxito.
Actualmente, Washington mantiene fuertes restricciones financieras, limitando su acceso a mercados internacionales y restringiendo las operaciones de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
Maduro, por su parte, ha buscado alternativas para esquivar las consecuencias económicas de tales sanciones, reforzando sus relaciones comerciales con China, Rusia, Irán y Turquía, países que han incrementado su cooperación con Caracas tanto en materia económica como de defensa.
La relación entre Washington y Caracas sigue siendo agreste pese a los últimos acercamientos en temas migratorios. Trump sostiene que no reconocerá la legitimidad de Maduro y asegura que “hará todo lo posible por restaurar la democracia”.