¿Y en qué se parece Armando Benedetti a Bateman?

El presidente Gustavo Petro parece empeñado en convertir a Armando Benedetti en un símbolo de las segundas oportunidades, aferrándose a la rebeldía como si fuera un principio inquebrantable. En un acto de desafío presentó al político a su gabinete, a pesar de su historial y del rechazo por su presencia. Las reacciones de los ministros dejaron ver la fractura que hay en el Gobierno.

“Benedetti mantiene sus cosas positivas, que siempre hay que ver, porque todo hombre y mujer necesita una segunda oportunidad”, dijo.

En el Consejo de Ministros, convertido en una sesión de catarsis, la vicepresidenta Francia Márquez y la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, se opusieron a ese nombramiento, cuya llegada está marcada por un lastre de denuncias y controversias que tienen un trasfondo legal y familiar y personal.

Le puede interesar: Laura Sarabia no renunciará al cargo de canciller y se queda en el Gobierno.

“Como feminista y como mujer, yo no me puede sentar en esta mesa de gabinete de nuestro gobierno progresista con Armando Benedetti”, dijo Muhammad, quien se mantuvo en el recinto.

De todo esto, la pregunta más apremiante que surge es: ¿por qué Petro insiste en mantener a su lado? En palabras del mandatario, “la única razón por la que Benedetti está a mi lado es porque sí, tiene una especie de virtud, que es ser loco. La locura puede hacer revoluciones”, afirmó mientras alzaba su mano derecha y friccionaba repetidamente sus dedos pulgar, índice y corazón.

El analista político Juan Carlos Flórez opina que lo que quedó claro con las respuestas del presidente es que “es rehén de Benedetti y de Laura Sarabia”, que “quedó confirmado” con el “circo televisado para poner a los ministros contra la espada y la pared e intimidarlos con una transmisión en vivo. Fue una puesta en escena premeditada”.

Sin embargo, hay quienes sostienen que Benedetti posee información privilegiada que el presidente preferiría mantener ocultos. Paradójicamente, el ahora Jefe de Despacho de la Presidencia está lejos de ser un ejemplo de discreción en asuntos de interés nacional.

Meses atrás, en un arrebato contra la hoy canciller, Laura Sarabia, afirmó que gestionó hasta $15.000 millones para la campaña de Petro en 2022. Afirmación que hoy forma parte de una investigación por posible financiación ilegal. “Con tanta mierda que yo sé, pues nos jodemos todos”, dijo Benedetti a Sarabia.

Nada de esto parece inquietar al presidente: las denuncias por corrupción, las siete investigaciones en su contra en la Corte Suprema ni siquiera las acusaciones por violencia de género. En lugar de eso, Benedetti se aferra al proyecto político, a costa de las fisuras. Y mientras Petro insiste en mantenerlo cerca, sus más leales colaboradores optan por distanciarse del político que dicen no representa los valores del petrismo.

Para los leales de larga data, la presencia de Armando Benedetti se está volviendo cada vez más insostenible, mientras el mandatario erige barricadas a su alrededor para protegerlo de las críticas de sus funcionarios. Incluso, lo comparó con Jaime Bateman, fundador del M-19.

“Tiene un toque de Jaime Bateman, que es la magia. Benedetti tiene magia, no es lo mismo un cachaco haciendo política que un costeño haciendo política. Y aunque hay cosas malas, la perfección no existe, existe la segunda oportunidad”, insistió Petro en referencia a las críticas que hicieron la vicepresidenta y la ministra de Ambiente.

Sobre esto último, el presidente se atrevió a decir que ha visto “feminismos que destruyen al hombre” y que “cuando se quiere un hombre perfecto, no existe”. Incluso, llegó a confesar que en el M-19 “el soldado herido era curado por la mujer más bonita (...) no porque fuéramos machistas, sino que ese soldado podía curarse más rápido porque empezaba a sentir el amor ahí mismo”.

La comparación con Bateman no cayó bien, especialmente en los funcionarios con pasado guerrillero. La vocería sobre eso la asumió el director de la Unidad Nacional de Protección y exmilitante del M-19, Augusto Rodríguez, quien expresó: “no acepto que se compare al señor Benedetti con Jaime Bateman, él era un hombre Caribe, limpio, transparente y alegre, que nos enseñó a luchar con alegría. Nos habló de coherencia y yo en este momento pido coherencia”.

Petro ha hecho todo lo posible por mantener a Benedetti contento. Primero como embajador de Colombia en Venezuela y luego ante la FAO, Benedetti ahora ocupa un cargo en una oficina que está a tres metros de la oficina presidencial, el mismo lugar que siempre reclamó. Un ascenso que parece más una concesión que una decisión coherente.

Con todo esto, Flores advierte que “el país debe prepararse para lo peor y trabajar para reducir los daños que queden porque estamos en un enorme riesgo con un presidente que perdió credibilidad como presidente y ya no tiene herramientas para gobernar”.

¿Por qué sigue el MinEducación?

De la repartija de jalones de orejas, el momento más incómodo se lo llevó el ministro de Educación, Daniel Rojas, de quien Petro no hizo sino tirarle duro desde el inicio del Consejo, empezando porque llegó. “Casi nunca me acompaña a estas reuniones”, expresó sobre el funcionario.

Corría casi la segunda hora de transmisión cuando Rojas llegó al recinto. Petro interrumpió lo que decía para soltar, con una mirada juzgadora y asintiendo con la cabeza, la frase: “Ve, llegó el ministro de Educación. Bravo”. “Ya pasé por Educación, ministro, espero que le digan sus compañeros qué fue lo que dije”, insistió el presidente mientras dirigía su mirada a su derecho, en donde estaba ubicado Rojas.

Minutos después, el ministro explicó que en su cartera “no existen agendas paralelas”. “Presidente, póngame un poquito de atención, por favor”, dijo mientras Petro hablaba con alguien fuera de cámara, sosteniendo un documento que decía “Colombia sociedad para la vida” en mayúsculas sostenidas y en rojo.

Este momento terminó cuando Daniel Rojas explicó la hoja de ruta de esa cartera y de jurar lealtad total al presidente. “Y hasta el día en que tenga vida y fuerzas para luchar, voy a ser leal a usted, a este programa de Gobierno, a este proyecto que se proyecta (sic) a largo plazo desde donde esté y desde donde usted indique, señor presidente”, sostuvo.

No habló más y cuando lo ponchaban las cámaras de transmisión, se le veía casi acostado sobre la silla y con la mano izquierda en su frente.

Sobre las 6 de la tarde, escribió en su cuenta de X (antiguo Twitter) que llegó tarde porque estaba reunido con el gobernador de La Guajira, el rector de la Universidad de La Guajira y otros mandatario locales de ese departamento concretando “la oferta de educación superior en Nazareth, Uribia, Manaure y avanzar en los proyectos de nuevas sedes universitarias en el corredor minero del Cesar”.

El futuro de Rojas frente a este ministerio pareciera quedar en entredicho, sobre todo con el agravante de que, según las cuentas de Petro, es la cartera con más promesas incumplidas. Sin embargo, el rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, opina que había propuestas que “no se están cumpliendo porque era imposible hacerlo en el caso del aumento de cupos de educación superior”. Añadió que “para eso necesitaban del sistema mixto, con el sector público y privado, pero como se desechó el privado, nunca se va a alcanzar esa meta debido a que la política de Estado no está conduciendo a eso”.

En ese sentido, explicó que el incumplimiento de las metas de educación superior “se derivan de haberlas concebido mal, pues se propuso 500 mil cupos nuevos, que lo hubieran logrado con el sistema mixto, pero no lo lograron porque al sector público no le dispusieron recursos y al privado le marchitaron el Icetex”.

Para más noticias sobre política, paz, salud, judicial y actualidad, visite la sección Colombia de EL COLOMBIANO.

Section
ID externos
dfc02e0e-d0e9-4ff8-b2fa-1411b7faab0f

Compartir en: