Hannah Escobar: la líder social en salud que se volvió un dolor de cabeza para Petro

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“¿Dónde quedó la dignidad, parceros? Se la metieron en un sobre con dinero. Benedetti otra vez en el ruedo y ustedes calladitos como si no fuera en serio”, es el inicio de una de las canciones de rap que la líder social en salud Hannah Escobar compuso y que la rompió en redes sociales. Fue el segundo de los tres que ha compartido en sus redes sociales y que han reflejado, con creatividad y rimas, los escándalos del Gobierno del presidente Gustavo Petro y la crisis de la salud en el país, entre otros temas polémicos.

Por ese activismo digital —que incluye también pedagogía sobre el sistema de salud y la reforma— se hizo conocida en el debate público y también le ha valido ataques de todo tipo en su contra y hasta que el mandatario la llamara “nazi” en su cuenta de X (antes Twitter). Este último episodio, ocurrido el 21 de diciembre de 2024, fue el que desató un reciente fallo del Consejo de Estado que le ordenó retractarse por ese señalamiento, borrar el trino y ofrecerle excusas públicas.

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“Tu hijo es la prueba de todo el teatro, la casta corrupta de enseña los actos; campaña manchada de billetes falsos y el pobre que te ama hoy lame tu zapato. ¿Qué pasó con la gran revolución? Se ahogó en sobrecostos, licor y ambición; la gente te odia, el pueblo te escupe, aunque queden idiotas que te besen, buitre”, es un aparte del primer rap de oposición que se hizo viral en redes. Dos versos que agrupan, al menos, dos grandes escándalos del “Gobierno del Cambio”.

Esos versos los empezó a componer semanas después de que el jefe de Estado expresara en un trino: “La constitución dice que nadie puede ser discriminado por sus ideas políticas, esta extrema derecha nazi, aupada por periodistas como Daniel Samper y otros, solo trazan un camino que Colombia no debe volver a recorrer: el del exterminio del diferente”. Ese señalamiento lo hizo citando una publicación que le pedía a Escobar borrar una publicación en la que mostraba los avatares de seguidores petristas, activistas y periodistas militantes, con cuya actividad virtual, dijo, se podía “comprender las dinámicas de la propaganda alrededor de Gustavo Petro y la jerarquía que se maneja en la misma”.

Por esa última semana de diciembre, a Hannah le cerraron su cuenta en X, mientras le empezaron a llover amenazas de muerte, matoneo y acoso sexual, “como les pasa a las mujeres que presentan alguna oposición a Petro”, según dijo entonces a este diario. Lo curioso fue que parte de esos ataques provinieron de personas que son contratistas de diferentes instituciones del Gobierno. Sobre esto dijo que “trabajar con el Estado no es delito ni pecado, lo que es curioso es que trabajen para esas entidades y al mismo tiempo hagan matoneo y sicariato en redes sociales”.

“El ministro de gira con bata y fonendo, pero en vez de curar va vendiendo el cuento. Camuflado de médico, sonrisa en la foto, pero el plan es el mismo: vendernos por votos. Juró proteger, pero aplica eutanasia, no con agujas sino con falacias. Olvidó a Hipócrates, juega al sicario. Los muertos en fila, su récord diario”, suena el tercer rap que sacó la semana pasada contra el ministro Guillermo Jaramillo y su manejo del sector salud.

Por aquel trino llamándola “nazi” a Escobar, el Consejo de Estado le ordenó al presidente Petro borrar el tuit mencionado, retractarse de semejante señalamiento y ofrecerle excusas públicas en un pronunciamiento que debía permanecer en las cuentas en X de la Presidencia, del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y del mandatario.

Para el alto tribunal, con ese comentario Petro “atenta gravemente contra tales derechos en la medida en que la relaciona injustificadamente con actividades que evidentemente constituyen una agresión contra los derechos fundamentales invocados”

Una semana después de conocerse el fallo, el gobernante se pronunció sobre lo que le ordenaron, aunque lejos de cumplir el fallo lo que hizo fue insistir y justificar haber usado ese término en contra Hannah, quien además es química farmacéutica. EN ese sentido, Petro escribió en su cuenta que “no siempre que se usa la palabra “nazi” se está sindicando a alguien de ser genocida o un criminal de guerra, pero no puedo pasar por alto cuando alguien estigmatiza a los electores por el solo hecho de simpatizar con mis ideas y defender mi proyecto de Gobierno. Eso es pasar por encima del voto popular mayoritario en Colombia y perseguir la diferencia por estar en desacuerdo, es “perfilar” la democracia”.

Petro agregó en que no “llamé genocidas o criminales de guerra a quienes con el escudo de la libertad de opinión estigmatizan y rotulan a la izquierda y al progresismo” y que su mensaje “fue interpretado de tal forma que no se ajusta a la intención original ni al contexto en el que fue emitido el 21 de diciembre de 2024, lo que ratifiqué con las declaraciones del 07 de febrero de 2025”.

EL COLOMBIANO conoció que el pasado 12 de febrero, dos días antes de la gambeta que le hizo Petro al fallo, la apoderada del presidente, Carolina Jiménez, impugnó el fallo de tutela del Consejo de Estado.

En su argumentación, la Presidencia insistió en que “nazi” no es un término sinónimo de criminal y que no debería ser considerada como de uso peyorativo. Al respecto, señaló que el mandatario “al haber empleado la palabra “Nazi” en su mensaje del 21 de diciembre de 2024 no se buscó señalar a la accionante con ninguna connotación asociada al genocidio que realizó Hitler, sino que está realizando una analogía derivada del desacuerdo con su mensaje que estigmatizó a sus simpatizantes, dejando claro que no es viable otorgar el significado peyorativo que tiene la palabra como hizo la Sección en el fallo”.

Por otro lado, la abogada recalcó que “la accionante no solicitó una rectificación previa a la interposición de la acción de tutela”, por lo cual debió haber sido declarada como improcedente; así como negó que “no se hizo consideración alguna sobre cómo se materializó la afectación” a los derechos a libertad de expresión, participación ciudadana, igualdad e integridad personal.

“El fallo parte de premisas fácticas incorrectas. En el presente caso existió una mala interpretación de la palabra “Nazi” empleada, otorgándole una connotación negativa que en la práctica restringe de manera absoluta el uso de palabras “nazi” y “genocidio”, las cuales no están prohibida por la Constitución y así ha sido reconocido por la Corte Constitucional”, agregó en su argumentación para impugnar la decisión de la alta corte.

Si bien Gustavo Petro está en derecho de impugnar el fallo, lo cierto es que estos se deben cumplir, pues la impugnación no exime al accionado de acatar y cumplir la orden del Consejo de Estado. Y, hasta el momento, el presidente solo ha cumplido una parte de la providencia, que fue eliminar el post de diciembre pasado, pero Escobar no ha recibido las excusas públicas y los pronunciamientos no están fijados en las cuentas de X de Presidencia, del Dapre y del Jefe de Estado.

Sin duda, esta disputa judicial continuará, pero lo concreto es que la líder social y activista de salud, Hannah Escobar, se ha convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno, para las entidades públicas del sector salud y para Gustavo Petro, de quien ella no vacila en decir que “desafía sistemáticamente a la rama judicial”.

“Lo hace él, el ministro de Salud... Y pues si desafía a la rama en algo tan sencillo, ¿qué más se puede esperar?”, expresó a este diario. Por ahora, la química farmacéutica radicará ante el Consejo de Estado el desacato contra el presidente.

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