Aunque todo se está intentando manejar por las vías diplomáticas, las alarmas se han encendido en Europa. Las recientes reuniones entre Donald Trump y Vladímir Putin sobre las iniciativas de paz en Ucrania pero sin la presencia de Kiev, parece resquebrajar las relaciones transatlánticas.
Ante el escenario que cada vez avanza más, los principales líderes de la Unión Europea y la OTAN se han reunido de urgencia en París para definir una respuesta conjunta. Convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron, la cumbre busca encontrar alternativas para la seguridad del continente, que depende en parte de su alianza con EE. UU., y garantizar que el futuro de Ucrania no se decida en una mesa de negociación en la que Europa no tenga voz ni voto.
“Se trata de Ucrania, pero también se trata de nosotros”, dijo Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. “Necesitamos aumentar el gasto en defensa y lo necesitamos ahora mismo”, agregó.
En la reunión participan líderes de Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos, Dinamarca y altos funcionarios de la UE y la OTAN. Quienes comparten la incertidumbre sobre el papel que jugará Estados Unidos en la seguridad de Europa, especialmente después de que Trump diera señales de un posible repliegue militar en el continente y una cercanía especial con Moscú.
Uno de los principales temores de los países europeos es que Trump esté dispuesto a negociar con Putin sin incluir a Kiev ni a sus aliados. La llamada entre ambos líderes, sumada a la reunión entre altos funcionarios de EE. UU. y Rusia en Riad, ha encendido las alarmas en el Viejo Continente.
Desde Múnich, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski mostró su molestia por las formas en que se está haciendo la negociación y afirmó que “no reconoceremos ningún acuerdo concluido sin nosotros”, asegurando que Kiev no fue informado sobre los planes de Washington. Zelenski viajará a Arabia Saudita en un intento de influir en las conversaciones.
La seguridad de Europa no es un tema nuevo, Trump ha reiterado que espera que los países europeos asuman una mayor responsabilidad en su defensa, sugiriendo que Estados Unidos reducirá su compromiso con la OTAN. Por lo cual, el trato hacia Ucrania podría ser una muestra de la actitud que tomará hacia Europa.
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Ante esto, algunos líderes europeos han comenzado a hablar abiertamente sobre un refuerzo de las capacidades militares del continente. El primer ministro británico, Keir Starmer, declaró que Reino Unido estaría dispuesto a enviar tropas a Ucrania para garantizar la estabilidad de Europa.
Polonia ha sido uno de los países más críticos de la situación que vive Ucrania en este momento, “No podremos ayudar eficazmente a Ucrania si no tomamos medidas inmediatas y concretas sobre nuestras propias capacidades de defensa”, dijo Donald Tusk, primer ministro de Polonia. Coincidiendo con Macron, que ha abogado por fortalecer la seguridad colectiva europea y consolidar una estrategia común ante una posible retirada de apoyo por parte de Washington.
Mientras las potencias europeas buscan su propia estrategia, Trump sigue avanzando en su agenda y envió a su secretario de Estado, Marco Rubio, para reunirse con dos diplomáticos rusos.
La incertidumbre sobre la postura de Washington deja a Europa en una posición incómoda: sin la garantía de respaldo estadounidense y con una guerra en su frontera que aún no saben cómo se va a resolver.
La cumbre en París es solo el primer paso en esta nueva fase del conflicto. Con Ucrania pidiendo más apoyo y Estados Unidos enviando señales de distanciamiento, Europa enfrenta un desafío histórico para asegurar su estabilidad militar.