
Por primera vez, el lunes 17 de febrero, los dirigentes europeos se declararon dispuestos a enviar tropas de mantenimiento de la paz a Ucrania. París organizó una reunión de urgencia para debatir las garantías de seguridad que europeos y estadounidenses podrían dar a Ucrania “juntos o por separado”, según el Palacio del Elíseo.
El domingo 16 de febrero, el primer ministro británico, Keir Starmer, anunció que estaba dispuesto a enviar soldados a Ucrania como parte de un plan de paz para alejar el fantasma de otro ataque ruso. Siguiendo los pasos de Londres, Alemania y Suecia han indicado que no son hostiles a este proyecto, que el presidente Macron ya había discutido con el primer ministro Donald Tusk a finales de 2024. En cambio, el jefe del gobierno saliente de Alemania, Olaf Scholz declaró a la salida de la reunión que el debate es “altamente inapropiado” y “prematuro”. Y el ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel Albares, estimó a su vez que “es muy incipiente” hablar del envío de tropas a Ucrania.
Ahora, en el caso de que sí los europeos se pusiesen de acuerdo para enviar un contingente, lo que queda por definir es el marco de esa intervención y el volumen de tropas necesario para mantener la paz, tanto en tierra como en el aire, señala Jean-Christophe Noël, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri).
“Desde el punto de vista aéreo, cabe imaginar aviones que vigilen los cielos para garantizar que no se sobrevuele el territorio ucraniano. Pero, evidentemente, lo importante sería llegar a tener tropas sobre el terreno, lo que permitiría a todos estos países europeos implicarse directamente en la defensa de Ucrania”, señala.
“Hay muchas opciones posibles”, prosigue Jean-Christophe Noël. “Se podría imaginar a estas tropas actuando como una segunda cortina, sirviendo un poco de reserva. Es decir, si en algún momento hubiera un problema en una parte de esta frontera congelada, estarían allí para impedir cualquier desarrollo. No podemos esperar enviar cientos de miles de tropas. Probablemente serán contingentes limitados, pero en cualquier caso su presencia tendrá un impacto político muy significativo. Y es precisamente desde este punto de vista desde el que serán muy útiles”.
Aunque es poco probable que los europeos presenten un plan concreto a muy corto plazo, nunca antes la cuestión ucraniana había experimentado tal aceleración.
No habrá soldados estadounidenses, ¿pero sí apoyo logístico?
Donald Trump siempre ha dicho que la presencia de soldados estadounidenses en Ucrania está descartada, mientras que la aplicación de las garantías de un plan de paz es cosa de los europeos. La prioridad de Washington no es Europa y Rusia, sino el Indo-Pacífico y China.
Pero esta reorientación no refleja necesariamente una desvinculación total, ya que Europa sigue siendo un buen cliente para la industria militar estadounidense. Jean-Christophe Noël señala que, como mínimo, habrá apoyo logístico estadounidense para una intervención europea en Ucrania.
“Hay un gran número de países europeos cuya logística, en particular, depende de los estadounidenses. Si los estadounidenses no quieren intervenir directamente, estarán presentes, aunque sólo sea para garantizar la logística de los recursos que se venderán a estos países europeos”, explica.
“Los estadounidenses también deberían estar presentes para proporcionar ciertos equipos, en cualquier caso bastante escasos, de los que disponen en gran número y que son esenciales para las operaciones actuales. Por ejemplo, si hablamos de todo lo que tiene que ver con aviones y reabastecedores de combustible, etc., los estadounidenses también deberían estar presentes para garantizar que disponemos del equipo adecuado. Así que hay algunos en Europa”, añade Jean-Christophe Noël. “Evidentemente, si los estadounidenses echaran una mano, nos permitiría distribuir mejor el esfuerzo en función de las consecuencias militares de ese posicionamiento. Sería una decisión eminentemente política”, subraya.
El reto para los europeos es, pues, ser capaces de coordinarse con Estados Unidos, como mínimo, si esperan desempeñar un papel en el mantenimiento de la paz en Ucrania.