“Petro está fuera de realidad, me lo ha dicho la gente de Santos”: María Fernanda Cabal

Crecimiento económico.

La senadora María Fernanda Cabal se ha caracterizado por no tener pelos en la lengua, dice lo que piensa aunque muchas veces no sea popular; en esta entrevista asegura que el presidente Gustavo Petro “está loco” y que se convirtió en un problema para los santistas que lo apoyaron. Por otro lado, cree que su partido, el Centro Democrático, debe tener reglas claras a la hora de elegir alfil para las presidenciales del 2026.

“Precandidata porque aún tengo que superar la consulta de mi partido”.

“No quedo tranquila porque uno de civil no entiende lo que es la organización militar y la antigüedad determina la jerarquía. Por eso hay subalternos, por eso hay mando, por eso hay subordinación, por eso los grados son tan importantes. A mí me gusta que sea un militar quien esté en ese cargo. Si yo llegara a la Presidencia, me encantaría que fuera un militar retirado o lo que está haciendo él de irse a la vida civil porque constitucionalmente es una obligación. Pero causa un traumatismo interno muy fuerte. No es igual que te mande el que tiene experiencia, a que te mande tu alumno”.

“Porque yo siento que Gustavo Petro desde que llegó empezó a descabezar generales de todas las fuerzas por su paranoia. Van más de 60. Empezó una purga, sobre todo en la Policía. ¿A que llegó el general (William) Salamanca? La gente decía que estaba echando a los del general (Jorge Luis) Vargas. Yo se lo pregunté y me dijo que no. Ahora sale Salamanca, y hay que barrer a los de Salamanca. Pero por favor, hay que pensar en el país primero. La peor grosería que yo he visto: 90 oficiales que ya habían hecho el curso de ascenso, sus familias ya estaban listas con su tiquete aéreo comprado para asistir a la ceremonia que es muy importante para ellos, y les llegó un correo diciéndoles que no ascienden”.

¿Y por qué barrieron a esos 90? ¿Qué le cuentan?

“Me dicen que para ellos es una sorpresa. Ahí hay unos rumores de que el poder detrás del trono es una muchacha, creo que era mayor, y que todos los ascensos se los consultaba a la DNI (Dirección Nacional de Inteligencia). Yo se lo conté al general Salamanca, aunque no tenía la precisión del dato le dije: ‘Ojo, porque consultar los ascensos con la DNI es la misma paranoia de Petro, la de decir que es que me van a dar un golpe blando, pero termina es generando un daño en la carrera militar”.

A propósito, a usted le gusta la carrera militar, por ahí le oí que contó una vez que alguien le dice “la generala”...

“Uribe”.

¿Le gusta esa imagen como candidata? ¿Una especie de mujer de hierro?

“Es que no lo digo yo. Cuando uno hace la interpretación de cuál es la visión del público, mi mayor valor es la coherencia, es la firmeza, y la gente me dice: ‘Salve a Colombia, gracias por ser valiente. Usted es una berraca’. Eso que percibe la gente configura una imagen”.

Usted se siente muy en una extrema derecha, ¿o en dónde cree que se ubica ideológicamente?

“Siempre he dicho que soy conservadora en el sentido natural de la normalidad, ¿qué es ser conservador?: cuidar. Usted cuida sus hijos, usted no quema su casa. Conservar es la actitud natural de un ser humano que construye. Destruir es lo que vende la anarquía, el que cree que tiene derechos por encima de los demás. Cuando usted está convencido de que una sociedad civilizada no funciona sin valores y sin principios, de que la autoridad no es negociable, cuando hay una Constitución que protege a los colombianos y que no se puede arrodillar ante el narcotráfico ni tener que pedir permiso para erradicar, yo pregunto, ¿eso es derecha? ¿Eso qué es? Eso es ser institucional. Me gusta el republicanismo, las instituciones sólidas. Cuando me dicen: ‘Ah, es que extrema derecha’, la extrema derecha no existe, lo que existe es el sentido de autoridad. Si nos vamos a la extrema izquierda, la autoridad que ejercen cómo es, ¿relajada o radical? Hay una desfiguración en cuanto a entender qué es derecha. Yo creo en el libre mercado, no en el estado gigante. ¿Qué es eso: izquierda, derecha?”.

A propósito, su esposo José Félix, dirigente ganadero, está en el grupo de conversación con el ELN. ¿Cree que eso le puede costar en su candidatura presidencial? ¿puede parecerle una contradicción a sus seguidores más radicales?

“Esa creo que ha sido de las mayores controversias de mi vida. Él no ha vuelto a las conversaciones ni yo quiero que vuelva, porque él está allí con el permiso que le otorgó Uribe, que le dijo: ‘Es mejor estar que no estar’, pero uno no puede estar conversando con asesinos. Es claro que el ELN es un grupo de sociópatas que toda la vida han vendido que defienden al pueblo y que asesinan. Setenta años matando colombianos, eso es insoportable. Creo que el diálogo se agota en la medida que tu contraparte lo que muestra es que no tiene intención distinta a seguir con sus rentas ilícitas”.

¿Y usted tiene esas conversaciones con su esposo?

“Las tengo. No es fácil”.

¿Él qué le explica? ¿qué pasa en esa mesa o para dónde va?

“A ver, cuál es el problema entre él y yo. Él es mayor que yo, más veterano en la política y de hecho en sus relaciones públicas. Yo de pronto he sido más emocional. Él es más racional, él es ingeniero, le gusta construir en orden. Cuando uno es más joven que el otro, uno siempre cuestiona por qué el otro hace cosas. A mí me llamaba mucho la atención que la izquierda confía más en personas como Álvaro Gómez, como José Félix, incluso eso me pasa hoy en día, que en nadie más, porque uno es confiable, uno da certeza. Yo no te voy a prometer algo que no te voy a cumplir. Cuando él me dice: ‘Estamos en una mesa, el presidente Uribe me dijo que estuviera. Yo quiero saber esto para dónde va’, con el tiempo él veía cómo se dilataban las conversaciones sin llegar a nada concreto: no secuestros, y secuestraban; no bloqueos, y bloqueaban. Llega un momento en que se agota el discurso. No hay cómo estar en una mesa donde tu contraparte es sencillamente un criminal de lesa humanidad”.

¿Si usted llegara a ser presidenta qué pasaría con estas organizaciones al margen de la ley?

“Pero a ver ¿Usted dialogaría con el violador de su hija? ¿Usted le dice: ‘Venga, tómese un tinto en mi casa’? Hay una Constitución y una ley. Usted impone: con la fuerza del Estado. Lo hizo el presidente Uribe. El ELN era un grupo de harapientos, ¿por qué? Porque usted les cierra corredores territoriales que son los mismos. El mismo corredor para Urabá es igualito; el mismo corredor que hoy tiene a Cúcuta destrozada, que es desde el Catatumbo; el mismo corredor de Aguachica a Ocaña... es el mismo mapa de Colombia, ciérreles corredores a los bandidos, use la capacidad aérea, tiene que erradicar la coca, pero no podemos ser complacientes con el discurso buenista”.

Hay quienes dicen que luego del mandato del presidente Uribe, en el que se logró contener y arrinconar a los criminales, finalmente no se consolidó...

“Eso no es cierto. Quienes conservan el afecto y el amor hacia Uribe es gente que vivió la tragedia de la violencia y dijeron: ‘Gracias a Uribe pude volver a mi finca’. Mi esposo no fue ocho años a su finca y como él muchos. Gracias a Uribe, pudimos volver, él no solo trajo la recuperación militar del territorio, sino que abrió vías. La gente volvió a abrir sus negocios. La gente no salía porque te secuestraban en la mitad del camino. Volvieron los hoteles, volvieron los restaurantes de camino. Entonces, sin seguridad no hay desarrollo de nada. Mire Tuluá, es el corazón de uno de los departamentos más desarrollados de Colombia, el Valle del Cauca, nosotros tenemos infraestructura vial, tenemos agua, en el corazón el grupo criminal matando al que se le da la gana, llevamos tres concejales, el campesino que baja el cilantro, porque son redes criminales de distribución de cocaína que a la vez negocian también con otros elementos. Por donde sale la coca y la minería ilegal, entra el tráfico de armas y de personas. Entonces usted empieza a generar un poder y empieza a meterse en la política y a comprar candidaturas. Si usted no contiene con la fuerza y con la ley... aquí hay que hacer cárceles. Con los criminales el único diálogo es frente a un juez de la República. Punto. La paz se impone, no se negocia”.

He oído que si las reglas en el Centro Democrático no son claras para elegir el candidato de su partido usted se iría independiente...

“Me han hecho todo tipo de propuestas, uno oye historias, cuentos, chismes. Están llegando a decir que Uribe se va con otro candidato, que se va con un outsider, en fin, uno está expuesto a eso. Lo único que yo pido es la transparencia en la selección”.

Si no hay reglas claras, de pronto termina eligiendo Uribe a dedo y hay quienes dicen que estaría inclinado por Miguel Uribe...

“Eso es lo que se dice, pero yo tampoco lo veo tan claro, porque el momentum es decisivo para Colombia y un momentum decisivo necesita experiencia. Sin experiencia, usted no saca un país adelante. Lo digo con respeto, muy chévere la juventud, pero las canas se necesitan. Nosotros ya vimos un presidente como Duque...”.

¿Qué fue Duque?

“Un muchacho que no había vivido en Colombia, no tenía ni idea de la complejidad de este país. Un país anárquico, un muchacho tibio. Él siempre había sido más inclinado al liberal progresismo, siempre con el tema ambientalista hipersensible. El mundo ya se dio cuenta que probar el progresismo y el wokismo terminó desbaratando Estados Unidos y Europa... no, por ahí no es”.

¿Usted es seguidora de Trump?

“Sí. Me gusta su sentido de autoridad”.

Pero parece una versión de Gustavo Petro en su populismo...

“No. No lo compares con Petro, porque Trump es un empresario exitosísimo. Lo que pasa es que él disgusta por sus formas. De pronto, lo compararíamos por su antipatía en su aspecto, que parece que a veces es arrogante, pero es un presidente que entiende que el mundo tiene un desafío y la libertad tiene un desafío de supervivencia. Y él usa el poder de su mercado para someter. Y eso no me parece malo, porque él te dice: ‘Vas a ser mi amigo, yo te quiero y sos mi amigo’. ¿Vas a ser mi enemigo? Yo te someto’”.

Pero parece antidemocrático. La vez de las elecciones que casi no quiso aceptarlas, que provocó esa toma del Capitolio...

“Pero esas elecciones fueron un caos, es que también los gringos se las traen. Hay zonas de Estados Unidos donde no te piden identificación para votar. Ese tema del voto por correo que llegaron a la una de la mañana bolsas enteras de voto por correo. Eso generó muchas dudas”.

¿Se robaron esas elecciones?

“Sí, creo que se las robó Biden, como se las robaron a Bolsonaro, como le pasó al viejo Rodolfo, que aquí hubo algo raro, porque 3 millones de votos eran insuperables de primera a segunda vuelta por Petro”.

¿Y cómo se la robaron?

“En la Registraduría... hay formulitas”.

Hay varios candidatos, de centroderecha o derecha, que han dicho que se someten a que todos se junten para derrotar a Petro. ¿Usted estaría en esa tónica?

“Por supuesto, porque primero está el país y no los egos ni las vanidades personales. El país primero. Lo que pasa es que la gente está tan angustiada que te dice: ‘Únanse ya’. Yo les digo: Un momento, esto se va decantando, van subiendo unos, van bajando otros. El mismo sistema tiene como hacer que vayan quedando menos candidatos. Entonces vamos viendo con quienes tenemos más afinidad y yo estoy muy confiada que este partido va a volver a lograr al menos 50 curules, tuvimos 52, después del gobierno de Duque perdimos 23. La disminución es más de la mitad que teníamos. Tenemos que volver a provocar eso. Tengo ahí unas disputas con personas cercanas a Uribe por el miedo, quienes hablan de unos outsiders que van muy arriba...”.

¿Cuando habla de outsiders se refiere a Vicky Dávila?

“Puede ser Vicky, pero también hay otros en el escenario que dicen ‘Apenas yo de mi nombre...’, puede ser Juan Daniel Oviedo. Entonces si uno deja el afán, sigue trabajando, decante y que entre los cinco de pronto quedemos tres. Va a consulta pública abierta el día en que todos los partidos hacen consulta, que es el día de las elecciones de Congreso. ¿Sabe qué pasa? No solo arrastra las listas con el voto de opinión de la consulta, sino que usted logra lo que logra siempre el Pacto Histórico y todos los partidos que participan, que es la reposición de votos. ¿Por qué el pacto hizo consulta? ¿Alguien acaso cree que Petro no era ya el elegido por ellos? Claro. Usan la consulta para la reposición de votos para la primera vuelta y para subir la elección de Congreso, que es más estructura que opinión. Así uno ayuda a jalar la alianza. Que haya un outsider o un insider después de la de la consulta... hay que sumarse al mejor”.

Estamos a poco más de 500 días de terminar el gobierno del presidente Petro. ¿Cómo ve lo que falta? ¿Qué puede ocurrir?

“Esto es como el éxodo de la Biblia, donde hay quienes mantenían la fe y seguían a Moisés. Otros decían: ‘No, esto ya no más. Usted nos está haciendo perder el tiempo, aguantar hambre’. Otros le rendían culto a otros dioses. Esto va a ser desierto. Y hay que prepararse, porque ni siquiera en los peores momentos podemos dejarnos derrotar en un país que lo ha sufrido todo a lo largo de su historia”.

No volvieron a hacer marchas en el CD. ¿Por qué?

“Yo siento que la marcha tuvo el sumo, no en la última, sino en la penúltima, que es la más grande en la que yo he estado después de la del 2008 contra las Farc. Yo he vivido marchas apoteósicas, ustedes los paisas son muy solidarios y tienen una capacidad de congregarse enorme. Después de la del 2008 contra las Farc, la más grande fue la penúltima en la que yo estuve, donde no hubo forma de llegar a la plaza y me tocó entrar por arriba. No se hacen en este momento porque yo creo que el país está a la expectativa de cuáles candidatos van; cómo vamos juntándonos para enfrentar la barbaridad del gobierno de Petro. Lo que ya queda claro es que Petro ya se desmarcó de la izquierda y les dijo que la izquierda no servía, así lo dijo a su antiguo gabinete en la casa estudio-Casa de Nariño, cuando todos observamos con tristeza en el Consejo de Ministros. ¡Qué peligro y qué pesar! Hoy Petro se alinea con lo que yo he dicho que es el petro-santismo”.

Usted tiene entre ojos a Juan Manuel Santos...

“Yo digo que Santos puso a Petro, así se ponga bravo. Petro no llega sin Santos porque Petro no tenía relaciones públicas nacionales e internacionales que tenía Santos. Santos le pone sus alfiles en el primer periodo de gobierno. Lo que pasa es que ellos pensaron que controlaban a Petro y no sabían que Petro estaba tan loco como está”.

¿Usted cree que él está loco?

“Sí, él es una persona fuera de realidad. Me lo han dicho los mismos de Santos: ‘Sabíamos que estaba loco, pero no tanto’. Cuando su nivel de loquera empieza a empeorarse, pues echa a cuántos ministros lleva, ya casi 50, Guiness récords. ¿Usted se imagina todo el tiempo cambiando la junta directiva y la gerencia? Después cuando empieza a enloquecerse demasiado ya pone en jaque los intereses de la élite colombiana, lo que yo llamo la élite revolucionaria, desde Bogotá que han dirigido los destinos de la Nación, los dueños de los grandes negocios y que todos son socialistas porque es más bacano ser de izquierda, así la izquierda no los molesta. Cuando Petro empieza a mover el poder constituyente, se enloquece a prometer que va a ser una nueva constitución, ahí le dicen a Juan Fernando Cristo: ‘Usted a amarrar el loco, mi querido Juan Fernando’, y lo imponen porque él no quería. No quiso Guillermo Rivera y no quiso Roy Barreras, que viene de candidato”.

Dice usted que ninguno de ellos quiso ser ministro del Interior...

“Impusieron a Cristo, porque él había hecho un video criticando, diciendo que no, y ahí medio logró enderezar el camino, en cuanto a que ya Petro dejó su poder constituyente. Hoy tenemos un Petro que tiene que moverse del radicalismo, que traiciona a sus alfiles más leales. Miren como se portó con Gustavo Bolívar. Eso parecía un novelón. Bolívar debería escribir algo así, llorando: ‘Te amo’. Una nueva serie: ‘Te amo’. Y entonces la Muhammad que me parece una ecópata, es otra que está completamente chiflada, ambientalista que cree que desafía la ciencia y la tecnología y nos va a dejar cocinando en leña, pero quiere proteger los árboles, entonces les dice: ‘No los quiero, yo quiero es a Benedetti y a Laura’. Para mí ese mensaje es clarísimo. O sea, pobres los fundamentalistas de la Juco, pobres todos esos que estudiaron maoísmo, todos estos seguidores de Petro que pensaban que Petro era el Mesías y les iba a traer el cambio... los traicionó, se fue con lo peor de la política”.

¿Qué papel puede jugar Santos en estas próximas elecciones?

“Santos ha sido aliado de Petro. Cuando Ordóñez disciplina a Petro, el que lo apoya es Santos. Unos magistrados del CNE que eran santistas le ayudan a Petro de forma irregular y todos los demás procesos de Petro se quedaron dormidos, y usan su tenaza con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que en tiempo récord restituyan a Petro. ¿Por qué llega Santos ahora? Petro le ayuda a Santos en la contienda contra Zuluaga, en 2014. Ellos se van ayudando entre sí. Santos le ayuda a Petro en la alcaldía de Bogotá reventando a Peñalosa y patrocinando a los tres candidatos que sirvieron para dispersar la votación que luego fueron ministros de Santos, David Luna, Gina Parodi y Carlos Galán. Ahora Santos llegó y le dijo a Petro: ‘Tú ya no vas, ya fuiste presidente. Ya pongo el presidente yo y nos tenemos que mover pal centro’. ¿Quién les queda? Claudia, que es de Santos; Fajardo, que va a jugar siempre al independiente, al profesor doctor en matemáticas, al bacán, pero está casado con María Ángela Holguín, canciller de Santos”.

¿Si llegara a ser presidente cuál sería su bandera?

“El restablecimiento del honor y la dignidad de la Fuerza Pública. Restableciendo a todos los mejores que echó este gobierno. Cuando usted restablece a los mejores, y usted organiza la reconquista de Colombia teniendo en cuenta los desafíos de cada región, narcotráfico, minería ilegal, usted vuelve y le da a este país un respiro porque llega la fuerza pública. Usted paralelamente necesita plata y para tener plata usted tiene que generar confianza, no incertidumbre, que es lo que ha generado Petro desde el principio. Y la confianza es alinearnos al lado de los Estados Unidos, restablecer las relaciones con Israel para todo el apoyo y abrir mercados para los productos colombianos”.

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