El segundo concierto de la temporada Raíces de Filarmed será este 15 de marzo a las seis de la tarde en el Teatro Metropolitano. Esta vez la directora encargada de crear el milagro de la música será la chilena Alejandra Urrutia, que liderará el concierto que incluye las piezas Raíces al infinito IV. de Claudia Sofía Álvarez: Obertura de la Gran Pascua Rusa, de N. Rimski-Kórsakov; y la Sinfonía n.º 2 Los cuatro temperamentos, de Carl Nielsen.
EL COLOMBIANO conversó con Alejandra, una de las referentes femeninos de la dirección orquestal. Ella es la directora de la Orquesta de Cámara del Municipal de Santiago de Chile.
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“Tengo formación como violinista, me formé en Estados Unidos. Y fue en esa época que me surgió el interés por la dirección orquestal. Cuando estaba haciendo mi doctorado tenía muchos amigos directores de orquesta. Pero en el momento de hacer el doctorado todavía no era directora. En la Universidad de Michigan tenían un laboratorio para directores de orquesta. Y yo siempre tocaba en ese laboratorio. Ahí tenía contacto directo con los directores, ellos practicaban con el profesor que les estaba dando instrucciones. Y ahí dije caí en la cuenta de lo fascinante que era la dirección”.
“Fíjate que en el programa de dirección en la universidad que estaba estudiando habían directoras, conocía a tres de ellas. Lo que ya era algo, o sea, era poco común, pero ya se estaba haciendo un movimiento de directoras mujeres muy potente. Y las tres directoras eran muy buenas”.
Y en Chile, ¿cómo era el panorama en ese entonces?
“En Chile no pasaba nada en esa época con las directoras de orquesta. La primera vez que vi a una directora mujer dirigir fue en Santiago, cuando estaba como violinista invitada de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, y ahí vino una directora brasileña. Pero aparte de eso no se conocía realmente”.
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“Sí, podría decir que soy la primera directora mujer de tener un cargo con una orquesta profesional en Chile”.
“Cuando me invitaron a dirigir la Orquesta Filarmónica de Medellín, me compartieron el concepto de Raíces y propuse varios programas que calzaran con esa idea. El repertorio elegido conecta con la filosofía de ‘de dónde venimos’ y nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza, la religión y el ser humano”.
“Ha sido un proceso muy intenso. El programa es desafiante, especialmente la segunda sinfonía de Carl Nielsen, que no es una obra común en el repertorio. Ha sido un viaje para conocer el lenguaje del compositor, lo cual es fascinante”.