El presidente Gustavo Petro negó nuevamente que durante su encuentro con Kristi Noem, secretaria de Seguridad de Estados Unidos, hubiera afirmado que era amigo del grupo criminal conocido como el Tren de Aragua.
El mandatario rechazó públicamente esa versión y aseguró que, como colombiano, nunca tendría relación con esta organización delictiva.
"A ningún colombiano se le ocurriría decirle a un alto funcionario de los Estados Unidos que es amigo de los carteles mafiosos. Menos yo, que logré descubrir sus nexos con nombre propio con la política colombiana", expresó Petro a través de sus redes sociales.
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El pronunciamiento se produjo horas después de que surgieran versiones según las cuales Noem habría interpretado declaraciones del presidente como un reconocimiento de afinidad con dicho grupo.
Críticas a Estados Unidos y defensa de los migrantes
En su momento, Petro reaccionó con un extenso mensaje en el que explicó los temas tratados durante el encuentro y reiteró su postura crítica frente a la política de bloqueo hacia Venezuela y la criminalización de los migrantes.
Responsabilizó al Gobierno de Estados Unidos de haber fortalecido al Tren de Aragua al imponer sanciones económicas y bloquear a Venezuela. Según dijo, esa decisión empujó a miles de jóvenes venezolanos a la exclusión y, como consecuencia, a entornos de violencia.
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También cuestionó el enfoque represivo frente a la migración y el narcotráfico. Aseguró que la solución a la violencia no está en encarcelar niños o fumigar territorios campesinos, sino en ofrecer oportunidades, educación, arte y comunidad. “El amor acaba la violencia, Kristi, eso lo enseñó Jesús hace mucho tiempo”, escribió el presidente.
Durante su encuentro con la funcionaria estadounidense, Petro dijo que propuso fortalecer la cooperación entre agencias de inteligencia para perseguir a los grandes capos del narcotráfico y rastrear sus finanzas, pero aclaró que no permitiría la criminalización de la población civil.
Rechazó el uso de mecanismos de control biométrico contra ciudadanos sin antecedentes y defendió el respeto por los derechos de los migrantes.
El jefe de Estado también planteó un diálogo entre campesinos colombianos y agricultores estadounidenses como parte de una estrategia común contra el narcotráfico basada en el acceso a la tierra.
Finalmente, denunció que en el pasado algunos gobiernos fingieron combatir la mafia mientras pactaban con los capos en círculos de poder.