El Gran Premio de Bahrein de Fórmula 1 dejó una imagen tan sorprendente como preocupante durante una de las sesiones de práctica: Fernando Alonso, piloto de Aston Martin, se quedó literalmente con el volante en la mano mientras conducía su monoplaza en plena pista. El inusual incidente generó desconcierto en el paddock y preocupación entre los ingenieros del equipo británico, aunque afortunadamente no pasó a mayores.Todo ocurrió durante la segunda sesión de entrenamientos libres, cuando Alonso se encontraba realizando una tanda larga con neumáticos duros.