Cuando fue capturada la mujer que, según la Fiscalía, integraba una organización criminal dedicada al hurto y secuestro, no aguantó el peso de la justicia y se atacó a llorar. Su rostro se desfiguró mientras las autoridades le explicaban la gravedad de las conductas atribuidas en su contra.La violencia que, de acuerdo con las víctimas, lanzaban los delincuentes, era apenas un difuso recuerdo en la cara de la mujer detenida.