El líder máximo del ELN, Antonio García, habla por primera vez a un medio de comunicación tras la arremetida violenta que se vive en el Catatumbo. En sus respuestas a un cuestionario enviado por la redacción de SEMANA, el jefe guerrillero da su punto de vista sobre lo que sucede en esa guerra, niega haber cometido la masacre de Miguel Ángel López y su familia, y lanza graves señalamientos contras las fuerzas armadas y el gobierno de Gustavo Petro.A la pregunta de cuál es el poder de las disidencias en la guerra en el Catatumbo, García contestó: “Hoy, hay un reducto donde se encuentran los mandos principales que están siendo custodiados por las Fuerzas Militares, y en otro lado se tiene ubicado que hacen patrullajes conjuntos; sin duda, se está dando una simbiosis entre ellos. Últimamente, hemos conocido que ya había un acuerdo de desmovilización y desarme con ellos, por eso las molestias del Gobierno. Pero como podemos ver, se estaba negociando con un grupo de otra naturaleza, pues mientras estaba en cese al fuego tenía retenido al señor Antonio José Marín Cárdenas, exalcalde de San Cayetano, Norte de Santander, rescatado por el ELN y liberado, mientras el Gobierno y los militares protegen a quienes lo tenían cautivo; igual negociaban con un grupo que estaba procesando, en medio del cese el fuego, 12.000 kilos de cocaína”.En todo el cuestionario, García hizo varias menciones a esa supuesta simbiosis y lanza duras críticas al Gobierno Petro. Dejó ver que, para ese grupo guerrillero, los esfuerzos de paz total con los grupos delincuenciales son una expresión de una cierta cercanía con el poder político.“Estos grupos que se dicen ‘disidencias’, no son más que un recicladero de narcotráfico, violencias disfrazadas de guerrillas rebeldes que en esta oportunidad están buscando un resquicio de legalización a través de una desmovilización y desarme para luego ocupar una posición social y política e ingresar a disfrutar los capitales amasados en el narcotráfico. Vamos a ver en qué terminan estas compincherías con el Gobierno y las Fuerzas Militares, esto deja interrogados al Gobierno, Consejería de Paz y Fuerzas Militares”, aseguró.García crítica el hecho de que en la paz total se mezclen los grupos guerrilleros alzados en armas con los grupos delincuenciales del narcotráfico. “Para el caso de Colombia no podían equipararse paramilitares y bandas en una negociación con una organización rebelde alzada en armas, como tampoco puede concebirse una sociedad sin conflictos, siempre los habrá; lo que se busca con una política correcta de paz es que las sociedades puedan tramitar, gestionar sus conflictos sin recurrir a las armas. Y para eso las sociedades, y más los Gobiernos y Estados, precisan de transformaciones. Sí, como idea y como ejercicio gubernamental, la paz total no ha dado resultado, soy indulgente”.
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