Desde épocas milenarias, las plantas han sido usadas con múltiples propósitos relacionados con la salud. Debido a que muchas de ellas tienen propiedades que resultan favorables para el organismo, en diversas culturas se utilizan con el fin de hacerle frente a diversas afecciones o para prevenir el desarrollo de otras. Una de las muchas opciones es la moringa, también llamada árbol de la vida, que en algunas partes del mundo es utilizada para ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre, tratar algunas enfermedades respiratorias, disminuir la ansiedad y favorecer la pérdida de peso, entre otras. Se dice que se trata de una planta que posee un elevado contenido de vitaminas y minerales como hierro, carotenoides, vitamina C, polifenoles y quercetina, que le confieren un efecto antioxidante y antiinflamatorio. Su parte más utilizada es la hoja y es allí en donde se encuentra la mayor concentración de antioxidantes. Uno de los beneficios que se le otorga a esta mata es que ayuda a depurar el hígado, un órgano que cumple un papel clave en el organismo debido a que filtra toxinas y metaboliza nutrientes esenciales. Aliada del hígadoLa moringa, gracias a su alto contenido en antioxidantes como la quercetina y el ácido clorogénico, ayuda a proteger las células hepáticas contra el daño oxidativo. Además, algunos análisis sugieren que puede estimular la regeneración hepática al facilitar la eliminación de desechos metabólicos acumulados. El portal de salud Tua Saúde indica que esta planta tiene un efecto preventivo y terapéutico en casos de esteatosis hepática causada por una dieta rica en grasas.De igual forma, la moringa puede constituirse en una gran aliada de los intestinos. Esto se debe a que mejora la digestión y es buena para eliminar toxinas. La moringa se caracteriza por tener buenos niveles de fibra y compuestos bioactivos, por lo que favorece la motilidad intestinal, previniendo el estreñimiento y promoviendo una evacuación regular. Gracias a lo anterior, también ayuda a evitar que se generen hemorroides y a hacerle frente a sus molestias, debido a que tiene un efecto vasodilatador, que mejora la circulación sanguínea y alivia el malestar causado por esta afección. ¿Cómo consumirla?Una de las formas de consumir la moringa es en infusión. Para ello se pueden seguir estos pasos. Se hierve un litro de agua y se añade una cucharada de hojas secas de moringa.Se deja reposar durante 10 minutos y se cuela antes de servir.Una opción es agregar unas gotas de limón para potenciar su sabor y aumentar su aporte de vitamina C.También es viable preparar un batido. Se licúa un vaso de agua o leche vegetal con medio plátano, espinacas frescas y una cucharadita de moringa en polvo, se mezcla bien y estará listo para ser consumido. Si bien son muchos los beneficios que se le atribuyen a esta planta, es importante tener claro que si se está considerando el uso de moringa, es bueno hablar con un médico para validar su viabilidad dependiendo de las condiciones médicas de la persona.
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