Los anuncios del presidente Donald Trump de aplicar aranceles recíprocos a 185 naciones con las que Estados Unidos tiene relaciones comerciales, como mecanismo de presión para iniciar negociaciones con los diferentes países, ha generado una tormenta geopolítica, una profunda incertidumbre global y una ola de pesimismo en torno al futuro de la economía y los impactos que pueda tener.Más aún, cuando China ha sido el único país que respondió con la misma moneda a la Casa Blanca, en una escalada sin precedentes en materia arancelaria. Pekín aumentó los aranceles de productos estadounidenses a su país en 125 %, en tanto que Washington los trepó a 145 %, en un conflicto comercial que no da tregua.Y, por si fuera poco, esta decisión generó un efecto dominó en el planeta. El panorama empieza a ensombrecerse y el impacto está por determinarse. Pero ya hay un anticipo de lo que vendría: el nuevo escenario generó que la probabilidad de una recesión en Estados Unidos haya aumentado del 40 % al 60 %, según JP Morgan, ubicando los tesoros en el punto más bajo desde el último trimestre del año anterior.A ello se sumó la sorpresiva decisión de ocho países integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo Plus (Opep+), que anunciaron la introducción en el mercado de 411.000 barriles diarios adicionales en su producción combinada a partir de mayo, cifra tres veces mayor que la proyección inicial de 138.000 barriles por día.Esta situación generó una caída del 6,5 % en los futuros del petróleo brent (61,99 dólares por barril) y del 7,4 % en la referencia WTI (65,58 dólares por barril), niveles no vistos en cuatro años, afirmó la Anif en un informe. Agregó que Goldman Sachs revisó sus proyecciones al alza de la oferta. Así, pronostica un brent de 62 dólares y un WTI de 58 dólares “en un escenario de aterrizaje suave, aunque advierte que, ante mayores desequilibrios entre oferta y demanda, el brent podría bajar a 54 dólares o incluso por debajo de 40 dólares”.Cualquier cosa que le pase al crudo sacude la economía colombiana, pues el país tiene una gran dependencia de los ingresos petrolero. El sector representó en 2024 el 28 % de las exportaciones y el 22,5 % de los flujos de la inversión extranjera directa, y ha sido la principal fuente de divisas del país.Sin embargo, en silencio y con una tendencia sostenida en el tiempo, las remesas, es decir, los giros que hacen a sus familias en Colombia los trabajadores colombianos que viven en otros países, marcó un hito histórico en febrero: superaron las exportaciones de petróleo y sus derivados como la principal fuente de divisas para Colombia, dice un informe de Corficolombiana, que destacó el dato. Este hecho, según esta firma, no ocurría desde 2003, excluyendo la pandemia.En febrero, señala el análisis, los ingresos por exportaciones de petróleo crudo cayeron a 762 millones de dólares, su nivel más bajo desde abril de 2021, y en el año móvil terminado en febrero sumaron 11.940 millones de dólares. La caída de las exportaciones responde a dos factores clave: menores precios internacionales del barril de petróleo y el deterioro de la producción interna.Por su parte, las remesas alcanzaron 1.031 millones de dólares en febrero y 12.058 millones en los últimos 12 meses, “una cifra histórica que las posiciona como la principal fuente de divisas para el país. Esto refleja el aumento del flujo migratorio y el buen desempeño económico de países como Estados Unidos y España, principales orígenes de nuestras remesas”, agrega Corficolombiana.El flujo de remesas hacia Colombia mostró una tendencia creciente después de la pandemia, alcanzando niveles récord en los últimos años. En 2023, el país superó por primera vez los 10.000 millones de dólares anuales en remesas, y desde junio de 2024 el flujo mensual ha superado los 1.000 millones de dólares, explica la entidad.Hasta febrero, las remesas se habían consolidado como la segunda mayor fuente de divisas para el país, solo detrás de las exportaciones de petróleo. Situación que cambió en el segundo mes de este año.“Estimamos que los flujos de remesas hacia Colombia crecerán un 10 % en 2025, hasta un nuevo máximo histórico de 13.000 millones de dólares, equivalente a 56,6 billones de pesos o 3,1 % del PIB”, dijo Corficolombiana en un estudio de proyecciones para este año, y anticipaba que, en 2025, los ingresos en dólares recibidos por remesas superarían los de petróleo. Además, estima que puede llegar a representar más del 3 % del PIB. Agrega este análisis que las remesas en pesos colombianos tuvieron un impulso adicional en los últimos cinco años, debido a la depreciación del 21,9 % que ha registrado la tasa de cambio desde 2019. “El efecto cambiario también impulsará las remesas en pesos colombianos en 2025, en la medida que proyectamos una depreciación promedio del tipo de cambio del 6,0 % en 2025″.Entre los factores que han impulsado las remesas a máximos históricos se destaca la aceleración de la migración de colombianos al exterior en el período posterior a la pandemia. Entre 2021 y 2024, agrega el estudio, el flujo migratorio aumentó en promedio 5,4 % anual (frente al 4,0 % que se vio entre 2014 y 2019), al punto que entre enero y octubre de 2024 se registró una salida neta de 365.000 colombianos al exterior, es decir, casi 1.200 personas al día o 440 mil al año, equivalente a la población de ciudades intermedias como Neiva o Armenia.El 67 % de las remesas que ingresaron al país en lo corrido de 2024 provinieron de Estados Unidos y España, economías que habrían terminado el año pasado con crecimientos del 2,8 % y 2,9 %, respectivamente, de acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). “El buen desempeño de estos países se reflejó en su mercado laboral. La tasa de desempleo de Estados Unidos se mantuvo cercana a sus mínimos históricos, alrededor del 4,1%, mientras que la de España se ubicó en 11,6 %, mínimo desde 2008″, dice Corficolombiana.Sin embargo, esta buena noticia en medio de las tensiones del petróleo y la incertidumbre, no se escapa a la tormenta global y se podría afectar el flujo de remesas hacia Colombia. ¿Por qué?Uno de los principales ejes en los programas del presidente Donald Trump es el migratorio. Durante la campaña, Trump propuso implementar un plan para llevar a cabo “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, dando lugar a la expulsión de migrantes en situación irregular y aquellos con antecedentes delictivos.Como explicó en su momento María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana AmCham Colombia, esta iniciativa estaría orientada a restaurar la seguridad en comunidades y reforzar el respeto por las leyes de inmigración del país, donde quienes cumplen con las normativas legales puedan permanecer en el país. En seguridad fronteriza plantea completar el muro fronterizo y reforzar la seguridad en la frontera sur para lograr detención de la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Se desplegaría personal militar adicional y se implementarían políticas más estrictas para asegurar que la frontera de Estados Unidos sea robusta y proteja la soberanía nacional en torno a la seguridad de todos los ciudadanos.A su vez, Anif, tras el triunfo electoral de Trump, dijo que plantea retos significativos para Colombia y los demás países de América Latina y el Caribe receptores de remesas. “Entre los riesgos principales se encuentran: la deportación masiva, la cual podría reducir el número de migrantes trabajadores en Estados Unidos, limitando la capacidad de enviar dinero; y los impuestos a las remesas como parte de las políticas antiinmigrantes, lo que encarecería los envíos de estas”.La gran pregunta es si ese nivel de remesas, que han servido para contener en parte el fortalecimiento del dólar, ante la caída en el precio del petróleo y la menor dinámica de la inversión extranjera directa, será sostenible en el tiempo y seguirá siendo fuente de ingresos para miles de familias en Colombia.
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