El expresidente Álvaro Uribe y el fuego amigo que deberá apagar al interior del Centro Democrático después de Semana Santa

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El Centro Democrático, el partido que dirige el expresidente Álvaro Uribe, tiene un serio problema de cara a 2026: las divisiones internas entre los precandidatos presidenciales, que buscan quedarse con el cupo único para competir por la Casa de Nariño.La puja por la candidatura única, que no es nueva en el partido y que se repite cada cuatro años, sube de nivel con el paso de los días y Uribe, con la prudencia que lo caracteriza, guarda silencio y no ha llamado a la calma a sus cinco precandidatos.La pelotera entre ellos tiene dos bandos. Uno, en el que está Miguel Uribe, el joven bogotano que llegó al partido hace menos de cinco años y quien cada vez luce más solo en la colectividad; y el otro, que abarca a María Fernanda Cabal, Paola Holguín, Paloma Valencia (a quienes Uribe llama las generalas) y Andrés Guerra.Una fotografía que circuló en redes sociales confirmó la división al interior del uribismo. Se observa a Cabal, Holguín, Valencia y Guerra reunidos a las afueras de un apartamento ubicado en el norte de Bogotá.SEMANA confirmó que la foto fue real y ocurrió a finales de marzo de 2025. Se trata del apartamento de la senadora y precandidata Paloma Valencia, quien invitó a sus demás compañeros para hablar del mecanismo de escogencia del candidato único del partido y el 2026. Miguel Uribe no fue invitado, pero se convirtió en el plato fuerte de la cena.Todos se quejaron por la forma como Uribe -el precandidato- llegó al partido, las preferencias que tiene el expresidente con él (lo puso a encabezar la lista al Senado) y las movidas políticas del candidato para convertirse en el representante único del uribismo de cara al 2026.Cabal, por ejemplo, ha rechazado la forma como Miguel Uribe está invirtiendo hasta 100 millones de pesos cada mes en su campaña a la presidencia, cuando el Centro Democrático y el propio Álvaro Uribe han promovido reiteradamente la necesidad de la austeridad. Uribe ha hecho eventos en Bogotá, Medellín y otras ciudades, ha contratado buses y refrigerios.“Uno tiene que ser respetuoso con el partido, que dé ejemplo de austeridad. No podemos hacer lo que reprochamos en otras campañas. La plata se tiene que respetar”, afirmó Cabal.Una fuente del Centro Democrático le contó a SEMANA que Paloma Valencia también mostró su descontento porque Miguel Uribe quiere imponer las reglas del juego en la elección interna y busca que la elección del candidato único del partido sea en junio de 2025, mientras que los otros candidatos creen que podría ser el último trimestre, como históricamente ha ocurrido en el partido.“La verdad creo que el doctor Miguel Uribe tiene sus ideas, pero es un proceso de un partido al que el doctor Miguel acabó de llegar y ya tenemos una manera de hacer las cosas y unas tradiciones. Le toca entender que el proceso no es contra Petro, es un proceso para elegir un buen presidente y alguien que pueda transformar las realidades del país, que inspire y logre los cambios. Esta no debe ser una coalición en contra de Petro y para ello hay que tener un gran programa político”, dijo Valencia.Paola Holguín es la otra precandidata presidencial. Aunque es prudente, también está incómoda con las movidas de Miguel Uribe. Recientemente el joven bogotano realizó un evento en Antioquia, donde está el fortín político de Holguín, y dijo públicamente: “Antioquia ya escogió”.Las diferencias entre el grupo mayoritario de precandidatos presidenciales y Miguel Uribe viene desde el segundo semestre de 2024. A Uribe lo señalan de filtrar una encuesta cuyos resultados lo favorecían y que había sido financiada por un empresario cercano a él. SEMANA conoció que al interior del Centro Democrático estaba claro que las cifras no las conocería el país, porque servirían exclusivamente como ayuda a la campaña. Pero él, al parecer, habría violado la confidencialidad y a través de sus bases se revelaron los resultados.Paloma Valencia y María Fernanda Cabal manifestaron su molestia y le reclamaron.Desde ese día el ambiente en el uribismo está crispado y Álvaro Uribe no ha querido meterse en esos asuntos y, por eso, el partido les pidió recientemente a sus precandidatos proponer un mecanismo de selección del candidato.Volviendo a la cena a finales de marzo de 2025 en el apartamento de Paloma Valencia en Bogotá, surgen varias preguntas, entre ellas, ¿quién tomó la fotografía? ¿Fue intencional? ¿Se buscaba que el país conociera las divisiones internas? Las respuestas son inciertas.Esa cena generó resultados, porque una de las quejas que esa noche saltó sobre la mesa fue que, aparentemente, el precandidato y senador Miguel Uribe ofrecía avales para conseguir respaldos políticos.Ante esto, el Centro Democrático no tuvo otra alternativa que expedir un comunicado de prensa firmado por los cinco competidores.“Queremos dejar claro ante la opinión pública y nuestra militancia que, por respeto a la institucionalidad del partido, no estamos autorizados para ofrecer ni otorgar avales a las listas al Senado y la Cámara de Representantes”, se lee en el comunicado del partido.El proceso de selección interna ha sido tan complejo en el uribismo que el director del Centro Democrático, Gabriel Jaime Vallejo, reconoció el 3 de abril de este año que “hay tensiones evidentes y públicas entre los precandidatos”.Tal y como están las cosas y si las heridas no se cierran, quien gane esa consulta del Centro Democrático no tendrá el respaldo del otro sector. Y solo una persona como Álvaro Uribe puede aplicar la disciplina de partido y bajarle el tono a las peleas después de Semana Santa.

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