Todo se resume en siete estados, Pensilvania, Georgia, Wisconsin, Carolina del Norte, Michigan, Arizona y Nevada. Estos son los territorios que decidirán quién será el próximo presidente de los Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump en lo que se anticipa que será la elección presidencial más reñida de los últimos tiempos en el país norteamericano entre demócratas y republicanos, que se verán las caras el próximo martes 5 de noviembre.Si bien Estados Unidos tiene 51 estados, la gran mayoría de estos tienen definida su orientación política entre los partidos Demócrata y Republicano. Por eso, son solo los ‘estados cambiantes’ los que terminan decidiendo unas elecciones en las que cada territorio da un número determinado de votos electorales y se necesitan 270 para llegar a la Casa Blanca. Así está el panorama a unos días de los comicios.No hay una encuesta que discrimine por estados que no ponga a ambos aspirantes prácticamente empatados, por lo cual, tanto Donald Trump como Kamala Harris buscan conseguir los votos necesarios para que la reñida contienda se vuelque a su favor. Por ahora, los mayores esfuerzos parecen estar en Pensilvania, donde se dan 19 votos electorales y sería el punto clave en la jornada electoral.Y ahora parece que todo vale. Por eso, la semana pasada se vio a Donald Trump atendiendo y sirviendo papas fritas en un McDonald’s en ese estado con el fin no solo de mostrarse más cercano al electorado, sino para desmentir a Kamala Harris, quien había afirmado que cuando eran joven había trabajado en la cadena de restaurantes. Además, ahora es acompañado en eventos por el dueño de X, Elon Musk, quien se ha vuelto la figura mediática más importante de su campaña.“Para el expresidente Trump es la recta final y ahora le queda hacer lo que ha venido haciendo a lo largo de estos meses en su campaña: convencer a los estadounidenses de que las cosas estaban mucho mejor durante su administración, entre 2016 y 2020, de lo que están ahora”, asegura en SEMANA Jaime Flores, portavoz de la campaña de Donald Trump, quien alega que durante el Gobierno de Joe Biden con Kamala Harris el país está peor que nunca en materia económica y migratoria por cuenta del gran flujo de migrantes ilegales que han entrado al país en los últimos cuatro años.Por el lado de la vicepresidenta Kamala Harris, la campaña se ha enfocado también en hacer eventos en estados claves acompañados de figuras de la política y el espectáculo ligados a las causas demócratas. Por ejemplo, esta semana en Michigan estuvo el expresidente Barack Obama junto al rapero Eminem, brindando apoyo a Harris e intensificando los enfrentamientos con Donald Trump.Maca Casado, asesora de campaña de Harris, también habló con SEMANA acerca de lo que serán los últimos días de la carrera electoral para la demócrata. “Nuestra campaña está funcionando a toda máquina, de alguna u otra forma, aprovechando nuestra gran infraestructura en los estados claves que decidirán esta elección. La vicepresidenta Harris va a dar su discurso de clausura el martes en Washington D. C., en La Elipse, un lugar histórico y muy importante, donde ella llevará su mensaje final a los estadounidenses de por qué es la mejor elección y, sobre todo, lo que está en juego con Donald Trump y el gran riesgo que representa para la democracia de nuestro país”.El tono de la confrontación sube mientras tanto con una Kamala Harris que alegó que los estadounidenses no pueden “tener un presidente de Estados Unidos que admire a los dictadores y sea un fascista”, aseguró en un evento organizado por la CNN, en que el presentador le volvió a preguntar si creía que Donald Trump era una fascista, a lo que rotundamente dijo que sí. Esto después de que John Kelly, exjefe de gabinete y secretario de Seguridad de Trump, afirmó en The New York Times que el exmandatario prefiere las dictaduras y demostró admiración en algunos ámbitos a Adolf Hitler.Sin embargo, desde la campaña republicana prefieren no hacer mucho caso a las acusaciones de uno de los hombres más importantes de lo que fue el Gobierno Trump. Por su parte, en su red social Truth Social, el expresidente tildó a Kelly de ser un “degenerado que inventó una historia a partir del odio puro”, aseguró. “Es la única alternativa que ella tiene, no tiene propuestas, no tiene planes, no tiene ideas, no tiene nada que ofrecer a la opinión pública ni a los votantes. No tiene nada que ofrecer, entonces no le queda más remedio que salir a atacar al expresidente”, asegura Flores desde la campaña republicana.A su vez, la vicepresidenta ha tenido que afrontar duras críticas de Trump, además de la acusación de mentir, al asegurar que había trabajado en McDonald’s cuando era joven. Trump dijo que si ella era electa, había posibilidades de que nunca más hubiera elecciones, sin explicar más al respecto o dar pruebas. También la atacó directamente. “No necesitamos otra persona con bajo coeficiente intelectual, tuvimos una durante cuatro años”, aseguró.“Le hemos visto una y otra vez. No va a caer en este tipo de ataques personales. La principal pregunta que nos hacemos en la campaña y que se hace la propia vicepresidenta es: ¿por qué el señor Trump se negó a debatir? No se presentó en CNN, ¿por qué está declinando entrevistas? Hemos visto que ha cancelado muchas entrevistas también porque aparentemente está exhausto, lo hemos visto quedarse dormido en algunos de los eventos. Nosotros estamos enfocados en nuestra campaña”, dice Casado sobre los ataques hacia Harris.Por ahora, las encuestas tienen distintos escenarios sobre lo que puede ocurrir el próximo 5 de noviembre entre Donald Trump y Kamala Harris. Según el promedio de encuestas que hace The New York Times, la demócrata está un punto por delante del republicano, con 49 por ciento contra 48 por ciento.En cuanto a los estados bisagras, según los sondeos, la vicepresidenta triunfaría con 276 colegios electorales contra 262 del expresidente, siendo una de las elecciones más reñidas de la historia, con ventajas que podrían ser, incluso, menores a dos puntos porcentuales.Aun así, en cuanto a sondeos y predicciones, la campaña de Kamala Harris recibió un duro golpe después de que el experto electoral Nate Silver, quien ha acertado todas las elecciones desde 2008 (menos la de 2016), aseguró que, si bien no está convencido del todo, Donald Trump va a ganar las próximas elecciones por un cerrado margen.El panorama de las elecciones en Estados Unidos sigue entre ataques, discursos, acusaciones y combos de comida rápida. En un poco más de una semana puede haber un final, a menos de que los comicios sean tan cerrados que se tarden varios días en conocer el resultado.