Las declaraciones que obtuvo la Fiscalía, en la larga investigación contra un grupo de fundaciones, que en Bucaramanga son señaladas de secuestrar, torturar y hasta permitir homicidios, advierte espacios de terror donde los abuelos eran sometidos al maltrato que parecía tan común entre esas paredes.Luego de que dos internos, en una de estas fundaciones, tomaran la aterradora decisión de matar a otro compañero, como forma de salir de estos supuestos centros de rehabilitación, motivó constantes operativos de las autoridades locales. En una visita a la Alcaldía de Bucaramanga, algunas funcionarias encontraron una “pared falsa” que comunicaba a un espacio donde permanecían, ocultos, al menos una docena de adultos mayores.“Iniciamos la búsqueda de los adultos mayores, donde se indagó a la representante legal que se encontraba presente, la señora Miriam Cecilia Blanco, que respondiera dónde se encontraban los adultos mayores. Después de la insistencia, esta señora abre una pared falsa que se encontraba al interior de la vivienda. En el pasillo de la misma entrada encontramos unas escaleras y un pasillo que daba al segundo piso”, dijo la funcionaria que habló con la Fiscalía.La funcionaria explicó en detalle las circunstancias en las que encontró a los abuelos, que coincidía con lo dicho por otros “pacientes” de la fundación y que advertían de los tratos crueles, el estado de la comida y la forma en que permanecían en estos centros que utilizaban el credo y la necesidad, para cobrar mensualidades por supuestos tratamientos contra la drogadicción y problemas psiquiátricos.“Se encontraban adultos mayores, mujeres con enfermedad mentales, en condiciones deplorables de hacinamiento, donde se puede observar que los adultos mayores hacían sus deposiciones en el colchón donde estaban asignados y asimismo población vulnerable”, advirtió la funcionaria de la Alcaldía cuando tuvo que presenciar la escena “oculta” en la sede de la fundación.La declaración de la funcionaria se convirtió en una prueba más que sumó la Fiscalía en la investigación que permitió la captura de 21 personas, directivas y empleados de las fundaciones que estarían comprometidos con los secuestros y las torturas de las pacientes que se supone estaban en proceso de rehabilitación.“Aparte nos pegan los mismos internos que ya llevan más tiempo y les dan un rango de líder. Los de la fundación les dan órdenes y ellos nos pegan. Yo estuve como cuatro veces, en esta última, en ese cuarto de reflexión la comida es poca, una cucharada de cada cosa”, dijo un menor que estuvo en Nissi, el llamado cuarto de reflexión, cuando otros dos internos mataron con sus manos a un adolescente.La Fiscalía logró la captura de los señalados, los presentó ante los jueces de control de garantías y pidió una medida de aseguramiento en centro carcelario, por considerar que todos representan un peligro para las víctimas, que se supone eran sus pacientes, pero que terminaban reducidos a escenarios de tortura en las sedes de esas fundaciones.