Quienes conocen Boyacá y viajan por el departamento saben de la diversidad que allí se puede encontrar. Es una región con gran oferta turística, con pueblos y paisajes que llaman la atención de propios y extraños. En esta zona del país hay atractivos reconocidos por su valor histórico, arquitectónico, religioso y ambiental.Es un destino para no perderse en unas vacaciones, pues además de los bellos paisajes están sus pueblos que combinan tradiciones, historia, cultura y gastronomía. Uno de los que no debería faltar en la agenda es Tibasosa, al que se le reconoce por la producción de feijoa. Es una población en la que destaca su arquitectura colonial, con plazas y casonas antiguas que fácilmente trasladan a quienes deciden visitarla, a otra época.Su nombre se relaciona directamente con el del cacique que gobernaba el pueblo indígena asentado en este territorio cuando llegaron los españoles. El significado, en lengua chibcha, es capitanía del Susa. Es un pueblo con una gran importancia en la historia del país.Se dice que fue uno de los primeros poblados que colaboraron con la causa independentista y en unirse al movimiento comunero de El Socorro y San Gil, a cargo del general Juan Francisco Berbeo, apoyando con tropas, caballos y reses donados por Francisco Mariño Soler y los hermanos Villate, quienes sirvieron en la Batalla del Pantano de Vargas.Un dato curioso de Tibasosa es que fue escenario del primer matriarcado de América Latina, que dejó huella en la población con obras y con una gestión que marcó una era en el municipio. Seis años después de que fuera aprobado por ley el voto femenino, una mujer llegó a gobernar sus destinos.La tierra de la feijoaEs una población próspera en las que sus habitantes se dedican a labores agrícolas, ganaderas, mineras e industria de alimentos. Uno de sus productos más representativos, desde que en 1935 llegaron las primeras plantas al municipio, es la feijoa: fruto con el que se hacen jugos, cremas, vinos, helados, tortas y dulces, que son comercializados a nivel nacional, precisa el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr).Tibasosa está rodeado de valles, páramos y laderas que lo convierten en un escenario propicio para el turismo y de invaluable biodiversidad.A este mágico lugar se le conoce como “el Jardín de Boyacá”, debido a que el importante patrimonio arquitectónico con el que cuenta el municipio, representado en templos, calles, casas y balcones de la época colonial, es adornado constantemente con geranios, novios, buganvillas y demás flores cultivadas en la localidad.Es un lugar en el que los turistas tienen varias cosas para hacer. Por ejemplo, visitar el páramo de Guática, que ofrece una excepcional vista de los poblados de Paipa, Nobsa, Duitama, Sogamoso, Iza y Pesca. También está el Museo de Arte Religioso, declarado Monumento Nacional y ubicado en una de las casonas coloniales a orillas del río Chicamocha. Un recorrido por las calles del pueblo para observar la arquitectura y el colorido de las casas y edificaciones es un plan obligado.En este pueblo también es posible practicar deportes de aventura, que son aptos tanto para menores como para adultos. Los niños pueden desarrollar una actividad conocida como jellyball y también hay karts con pista de tierra para incluir a todos los integrantes de la familia.Saliendo del casco urbano está el tercer zoológico más grande de Colombia, y el primero de Boyacá, conocido como Guatika Bio-parque, donde habitan 180 animales de granja, silvestres y salvajes. Este sitio es una reserva natural protegida y cuenta con un mirador hacia Tibasosa.Para quienes deseen llegar hasta allí, Tibasosa está ubicado a un poco más de una hora de Tunja, la capital del departamento, y limita por el norte con Duitama y Santa Rosa de Viterbo, por el oriente con Nobsa y Sogamoso, por el occidente con Paipa y por el sur con Firavitoba.