César Jiménez Flechas

Los esposos María Fernanda Ángel Muñoz y Carlos Felipe Toro Sánchez, fueron capturados en el curso de una investigación por presuntos vínculos con el narcotráfico y en un operativo de extinción de dominio fueron incautadas algunas pertenencias que incluyen dinero efectivo, joyas y hasta lingotes de oro.De forma insólita, un juzgado le ordenó a la Fiscalía la devolución de esos bienes, atribuyendo irregularidades en el proceso de extinción de dominio.

Los fiscales de la seccional en Bogotá se van con todo y en contra del presunto asesino de dos niños, sus propios hijos de 4 y 7 años de edad. El hombre fue capturado por la Policía y de manera extraoficial reconoció su responsabilidad. Un acto de aceptación que, en un futuro, y con las propuestas del Gobierno y de la propia fiscal Luz Adriana Camargo, le había dejado algunos beneficios como la rebaja de pena.

Las declaraciones que obtuvo la Fiscalía, en la larga investigación contra un grupo de fundaciones, que en Bucaramanga son señaladas de secuestrar, torturar y hasta permitir homicidios, advierte espacios de terror donde los abuelos eran sometidos al maltrato que parecía tan común entre esas paredes.Luego de que dos internos, en una de estas fundaciones, tomaran la aterradora decisión de matar a otro compañero, como forma de salir de estos supuestos centros de rehabilitación, motivó constantes operativos de las autoridades locales.

Algunas directivas de la captadora ilegal de dinero conocida como Daily Cop aseguraron a la Fiscalía que buena parte de los millonarios recursos que recaudaron, a través de esta pirámide virtual, se transformaron en apoyos en especie a la campaña Petro Presidente. Entregaron documentos, pruebas y soportes para buscar lo que sería un principio de oportunidad. Nada pasó.Ahora es la misma Fiscalía la que advierte nuevas judicializaciones de personas que estarían vinculadas con esta millonaria defraudación.

Subirse en un bus del Sitp, en cualquier zona de Bogotá, principalmente en los extremos de la capital, se convirtió en un riesgo, una lotería perversa que puede poner en peligro la vida de los pasajeros, un boleto de riesgo que los ciudadanos deben jugar si quieren llegar a su casa, después de un día de trabajo.Son justamente los trabajadores, estudiantes y los más honestos de la cadena social, los que deben apostar su vida por tratar de cumplir los recorridos en su rutina.